Los ultrasonidos emiten millones de pequeñas ondas sonoras de alta frecuencia que son enviadas a través de la piel. Estas ondas crean un calor friccional que atraviesa las capas más profundas de la piel facilitando el metabolismo de la misma (se activa el colágeno que rejuvenece la piel y se reducen los depósitos de grasa).
Estas sacudidas de las partes más internas de los tejidos producen efectos térmicos, vibratorios y osmóticos facilitando que las células grasas se destruyan.
A la vez se promueve el movimiento de los líquidos intersticiales, es decir, de los líquidos que se encuentran entre las células haciendo más fácil la eliminación mediante los mecanismos de reabsorción del cuerpo, reduciendo de esta forma la retención de los líquidos.
Al romper las células de grasa con ondas de sonido, esta sustancia grasa licuada es luego recogido de forma natural en el torrente sanguíneo y se elimina del cuerpo junto con otros desechos corporales.
Los ultrasonidos no sólo reducen la celulitis sino que también pueden eliminar la grasa suficiente para reducir el tamaño de la zona y mejorar el contorno del cuerpo.
Es un procedimiento no quirúrgico y no invasivo, por lo que es ideal para la gente normal que no desea someterse a procedimientos más serios, como la cirugía de liposucción en su batalla contra la celulitis.
Es totalmente indoloro y los resultados son casi instantáneos.
Algunas personas experimentan notables resultados después de sólo la primera o segunda sesión de tratamiento.
La mayoría de los pacientes requerirán de varios tratamientos, tanto como diez o doce para obtener máximos resultado.